Sumario: | Pero lo cierto, imaginación o sueño, era que comencé a recordar mi niñez, casi desde la cuna; mi gato barcino, mi abuela ciega, el campo de mis padres, el perro Chicho, el caballo Colorado Viejo, el molino, las martineta, el auto Dodge con capota de lona, el horno donde mi madre elaboraba el pan casero (con el cardo ruso que acarreábamos los chico), a Fangio, a los Gálvez, al Glostora Tango Club (que escuchaba mi hermano mayor Pocholo), con Alfredo De Angelis cuando cantaban Julio Martel, Carlos Dante y Barroca; cuando estaba pupilo en el colegio salesiano de Stroeder junto a Isidro, a los 5 años de edad, y así mil vivencias que hacia 72 años no rememoraba. Ojalá que estos cuentos tengan un hilo conductor entre la niñez, el deber cumplido, los aciertos, los errores cometidos, las alegrías de vivir, los ideales de libertad, democracia y solidaridad, la tierra, el pueblo, y la imaginación, todo ello en narrativa. ".
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