Sumario: | “El silencio y la calma del desierto sólo eran interrumpidos por el chasquido de su encendedor. Lo encendía y lo ponía frente a sus ojos esperando que el viento lo apagara. Cuando el viento lo apagaba volvía a encenderlo y la llama se alzaba por un instante, vibrando en su anaran- jada transparencia, hasta que la brisa la apagaba otra vez. “Tal vez debería comprarme una pipa" se dijo Mauricio, “dicen que es una buena forma de dejar de fumar". Esto era lo que Mauricio se decía. En tanto, todo el desierto parecía estar esperando que su encendedor se quedara sin gas
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