Sumario: | Entre los grandes colaboradores que tuvo desde su creación en 1902 el Times Literary Supplement, considerado como el medio literario más respetable de la época según T. S. Eliot, figuraban nombres como los del propio Eliot o Henry James, pero, según su director, la joya de la corona fue sin duda Virginia Woolf, quien publicó ensayos extraordinarios desde los veintitrés años hasta su muerte en 1941. En estos textos fue capaz de arrojar nueva luz sobre escritores ya conocidos o de construir manifiestos provocadores acerca del futuro del género de la novela; y, gracias a ellos, disfrutó por primera vez de independencia económica. Tras su atenta lectura de autores que conformaron su canon literario —como Charlotte Brontë, George Eliot, Elizabeth Barrett y Joseph Conrad—, se vislumbra el pensamiento que iluminó su producción narrativa y su espíritu inquisitivo y feminista. Pero, por encima de todo, percibimos a la Virginia Woolf lectora, para quien, como nos recuerda Ángeles Caso, leer nunca fue un refugio, sino «el acto supremo de insumisión, la mejor manera de hacer frente a la violencia siempre dominante con un gesto callado pero lleno de desafío», y cuyo entusiasmo por la gran literatura sigue siendo hoy más que nunca inspirador y contagioso. Un volumen inédito que refleja el ingenio y la inteligencia de una autora icónica.
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